viernes, 23 de octubre de 2009

CONTRATOS


Mientras no puedo evitar echar de menos a mis amigos/as de Ceuta sigo mí tesis en el Amor desde Madrid.

Durante estas semanas caóticas, llenas de trabajo, salidas nocturnas, reencuentros y luchas internas, analice un concepto de relación personal que me desvelo Campanilla.

Campanilla es nueva por estos lares en mi blog, es un nuevo fichaje lleno de carisma y de positivismo auténtico, no de ese que te otorga el Secreto, sino de que realmente ves que existe, el que es racional y te lo crees.

Al lío, ella me dijo que las relaciones sentimentales eran contratos, con sus cláusulas, sus negociaciones,…

Si esto era así que tipos de contratos existiría y como todos/as sabemos, ¿cuan caro nos costaría aceptar uno de estos?

Ella me explicaba una relación de un amigo suyo que había acabado, A y B se conocieron y firmaron un contrato de noviazgo, dentro de este estaban la cláusula de fidelidad, pasión, comprensión, lealtad y confianza.
A “B”, universitaria, se le presento la posibilidad de acceder a disfrutar de una Beca Erasmus en Suecia, cuando se lo planteo a A, este no dudo en recordar su contrato.
Miro cláusula a cláusula y la de movilidad no existía, así que no se planteo renovar el contrato, ni empezar de nuevo las negociaciones sino que se dieron una excedencia, eso era como una ruptura momentánea, me comentaba Campanilla.

Aunque a mí me resultara tan frío, ella lo veía y vivía con normalidad, creo que era por que ya tenia interiorizada esta nueva forma de relacionarse, y ¿Cómo en el mundo laboral existirían distintos tipos de contrato?

Por ejemplo:

Un rollo de una noche seria un contrato por obra y servicio, una relación estable un contrato fijo, un contrato en prácticas era el típico rollo más largo de lo normal y el contrato indefinido eventual es las típica relación tormentosa que tiene mas capítulos que Santa Bárbara.

Para desinhibirme de esta nueva teoría decidí salir de fiesta, como de costumbre fui con mi amigo Woz a Fragel Pop, un garito de Chueca, que no tiene la mejor música del mundo pero si un muy buen ambiente festivo y lo más importante 2 x 1 los sábados que eso lo agradece el bolsillo luego.

Mientras sonaba la Casa Azul algo hizo que me diera la vuelta y desde lejos lo vi, era J el chico que conocí en Sevilla, con el que bajo esta teoría tuve un contrato de obra y servicio y estaba más guapo aun que ese día.

Se acerco, me saludo, me comento que era otra vez soltero y nos besamos. Esto como me lo podía tomar iba a firmar un contrato con el o solo era un saludo, mil dudas llegaron a mi cabeza esa noche, en la que acabe con mis amigos en la Plaza Vázquez de Mella filosofando sobre nosotros y nuestros mundos.

Al día siguiente me llene de valor y le mande un e-mail a J, dándole mi número móvil con la siguiente insinuación: “Llámame y quedamos”.

El e-mail no ha sido respondido, ni la llamada realizada pero si un amigo suyo a través del Bearwww, me afirmo su atracción por mí, pero lo que más me rechina es que el no sea el que me lo diga y mande a otros ha negociar las cláusulas de nuestro contrato.

1 comentario:

Dama Roja dijo...

Es extraña esa situación, pero si hay contratos como colores, también hay personas y formas de actuar varias y diversas. A le molas más al amigo y por eso te pone esa excusa, quien sabe, ya nos iras contando. Besos y por cierto gracias por el mensaje que nos enviastes a todos/as el otro día, nos emociono mucho.